Una mujer decidida
Había una mujer que estaba sola en casa viendo la televisión con mucha tristeza porque tiene un tipo de sonido que le distrae de escuchar el programa; entonces se dice a sí misma:
– ¡Qué tonta soy, me cuesta manejar este sonido doloroso y desagradable. Quiero que se vaya.
De repente, su hermana, que vive con ella le trae una vara que pone: «Eres muy valiosa»; y le dice:
-Eres capaz de responsabilizarte. Tú puedes vivir mejor con tu sonido diciéndote palabras positivas.
Te propongo escribir en esta pizarra con tiza las palabras más importantes que necesites para hacerte fuerte.
Te cuento que tengo una amiga, quien parió una niña y después decidió amar su sonido. Adelante».
La primera mujer comenta:
-Que interesante, hablarme en positivo. Las palabras son: simpático, placentero, amigable, resistente a los cambios.
Lo hago desde hoy, y si aparece la ansiedad, estrés, o palabras desagradables que me limitan les agradezco lo que me muestran. Muchas gracias por tu propuesta».
Al día siguiente, comenzó a decirle palabras positivas. Su descubrimiento fue el siguiente:
Se sentía tranquila, relajada y disfrutó de ver un programa sin que el sonido le interfiriera. Estaba tan contenta que decidió celebrarlo con una gran cena y se acostó para llenarse de energía.